lunes, 18 de mayo de 2015

1 DE MAYO SOCIAL Y NACIONAL

El 1 de Mayo es un día más de reivindicación, un día más de lucha. Un día más para reclamar la restauración de la dignidad de todos los trabajadores, es solo eso, un día más.
La lucha por alcanzar la Justicia Social, es o debiera ser los 365 días del año y no cuando el Sistema nos da permiso o nos invita señalando o controlando el día que podemos salir a las calles.



Nosotros nada tenemos que ver con las comparsas de los sindicatos mayoritarios y la extrema izquierda que han monopolizado estas reivindicaciones desde hace décadas, de forma hipócrita y farisea. Mientras los sucesivos gobiernos han degradado las condiciones laborales hasta niveles inaceptables, los sindicatos han permanecido impasibles. Si bien han organizado algunas jornadas de huelga y disturbios aislados para cubrir el expediente, su labor se ha centrado exclusivamente en lucrarse a costa de todos nosotros. Han abandonado a los trabajadores, han construido una burocracia descomunal a su alrededor, han robado millones mientras nuestros derechos desaparecían. Han amañado su cacareado "diálogo social", y lo han convertido en una farsa, donde sindicatos, gobierno y patronal se reparten el pastel de nuestras miserias. Nos han traicionado a todos.
Representan una función en la que fingen estar enfrentados, cuando en realidad obedecen todos al mismo amo. Actúan igual que las organizaciones de extrema izquierda que, siempre envueltas en la bandera de la lucha antisistema, en realidad son mantenidas y fomentadas por ese sistema que dicen combatir.



Han servido de comparsa de la clase política, esa estirpe de judas que nos ha vendido a los intereses de cuatro multinacionales. Esa casta codiciosa y cobarde que ha rebajado nuestra dignidad a la de un pueblo de esclavos, firmando acuerdos como los TTIPs, para beneficiar los intereses de las grandes empresas por encima incluso de la legislación europea. Esa ralea de traidores que vive de nuestro esfuerzo para después entregar la mayoría de las ayudas sociales a aquellos que llegan de fuera. Esa despreciable calaña que está promoviendo que nuestra cultura se disuelva bajo la avalancha migratoria.

Como señalaba al principio, nosotros nos diferenciamos de ellos, porque unimos a la lucha Social,  la Patria, frente a la derecha anti-social y la izquierda anti-nacional. Luchamos por un Pueblo, aunque a veces creemos que ni se lo merece, por seguir votando cada 4 años a los mismos que le han llevado a la ruina económica y moral.

Nosotros no contamos con el apoyo del gobierno, de la prensa ni de ninguna institución. No lo queremos. Que se lleven las subvenciones la piara de Oenegetas izquierdistas a los que se les permite okupar edificios para convertirlos en lo que todos sabemos, realizar actividades insalubres, totalmente alejadas de la labor social que se realizan en nuestros Hogares Sociales.



Al respecto quiero pedir desde aquí, el máximo apoyo y colaboración con este proyecto (que ya es realidad) que es el Hogar Social Madrid y que tantas ampollas está sacando a autoridades políticas y prensa , el Hogar Social está sacando a relucir las contradicciones y la hipocresía del Sistema, y estoy convencido que con el esfuerzo de todos nosotros, sin el sectarismo de las siglas, podemos (Nosotros si podemos) seguir manteniéndonos en pie ante un mundo en ruinas, llevando a la práctica la Justicia Social, ayudando en las recogidas y repartos de alimentos que se realizan y acudiendo a las actividades culturales y lúdicas que se van organizando. Pido pues que nos involucremos todavía más y que nuestro activismo se encauce en la medida de nuestros posibilidades y responsabilidades a apoyar ALGO que en más de 30 años nadie habíamos conseguido lograr.




Y sigo…

Nosotros no nos dejamos engañar por sus dogmas, ni por sus lemas electorales. (Aprovecho para animar a dar en las próximas elecciones un voto de castigo, bien en forma de abstención activa o incluso mejor un voto nulo anti-sistema.)
Nosotros no nos vendemos. No queremos sus migajas ni buscamos un hueco en su estafa ni queremos ser cómplices de sus corrupciones.
Nosotros luchamos por lo que es nuestro, por la justicia social, por los derechos del obrero español, por nuestra gente.


Reclamamos, desde siempre ayudas sociales para los nacionales, reclamamos eso que no es más que sentido común: la Prioridad Nacional ante la discriminación que muchas de nuestras familias y compatriotas sufren hoy en día. Cuando vemos que gran parte de las ayudas escolares, las ayudas para la adquisición de una vivienda son destinadas primero a los de afuera que a los españoles.
Reclamamos la Prioridad Nacional también en asistencia sanitaria y no tener que hacer colas en los centros de salud por detrás de una tribu de indocumentados que se acogen a todos nuestros derechos y que por lo general no cumplen con los deberes que se nos exigen a los nacionales.


Vemos día a día, como nuestros presuntos derechos laborales son pisoteados, como las condiciones en las que nos hacen trabajar, aquellos que tengan “el privilegio” de tener trabajo, son cada vez más precarias en cuanto a horarios, conciliación de la vida familiar y sueldos.

Vemos como empresarios sin escrúpulos se aprovechan de la avalancha inmigratoria y están encantados de que sigan viniendo a nuestra España, cientos de miles de inmigrantes a los que contratar o no, para ponerlos a trabajar, pero no, como suelen decir, en puestos que los españoles rechazan, ¡no!, los españoles no es que rechacen el trabajo, lo que rechazan es trabajar en condiciones de esclavismo.

Como dice nuestro amigo Coco: 6 millones de inmigrantes, 6 millones de parados, no es racismo, son matemáticas, se constata un hecho objetivo y una cruda realidad.



Las conquistas sociales conseguidas por regímenes políticos hoy satanizados como el Fascismo o el Nacionalsocialismo son ejemplo vivo de conjugar la lucha social con la lucha por la Patria, y nosotros no tememos declararnos consanguíneos con esos movimientos que van más allá de una simbología, es o debe ser una forma de vida.



Sabemos que estamos solos contra todos y seguimos peleando con orgullo, con la certeza de que elegimos el camino más difícil y duro, el camino correcto. Sabemos que la nuestra es una lucha legítima, y el único lema que nos guía es el del verdadero sindicalismo:


¡¡¡NO PARAR HASTA CONQUISTAR!!!