El 1 de Mayo es un día más de reivindicación, un día más de
lucha. Un día más para reclamar la restauración de la dignidad de todos los
trabajadores, es solo eso, un día más.
La lucha por alcanzar la Justicia Social, es o debiera ser
los 365 días del año y no cuando el Sistema nos da permiso o nos invita
señalando o controlando el día que podemos salir a las calles.
Nosotros nada tenemos que ver con las comparsas de los
sindicatos mayoritarios y la extrema izquierda que han monopolizado estas
reivindicaciones desde hace décadas, de forma hipócrita y farisea. Mientras los
sucesivos gobiernos han degradado las condiciones laborales hasta niveles
inaceptables, los sindicatos han permanecido impasibles. Si bien han organizado
algunas jornadas de huelga y disturbios aislados para cubrir el expediente, su
labor se ha centrado exclusivamente en lucrarse a costa de todos nosotros. Han
abandonado a los trabajadores, han construido una burocracia descomunal a su
alrededor, han robado millones mientras nuestros derechos desaparecían. Han
amañado su cacareado "diálogo social", y lo han convertido en una
farsa, donde sindicatos, gobierno y patronal se reparten el pastel de nuestras
miserias. Nos han traicionado a todos.
Representan una función en la que fingen estar enfrentados,
cuando en realidad obedecen todos al mismo amo. Actúan igual que las
organizaciones de extrema izquierda que, siempre envueltas en la bandera de la
lucha antisistema, en realidad son mantenidas y fomentadas por ese sistema que
dicen combatir.
Han servido de comparsa de la clase política, esa estirpe de
judas que nos ha vendido a los intereses de cuatro multinacionales. Esa casta
codiciosa y cobarde que ha rebajado nuestra dignidad a la de un pueblo de
esclavos, firmando acuerdos como los TTIPs, para beneficiar los intereses de
las grandes empresas por encima incluso de la legislación europea. Esa ralea de
traidores que vive de nuestro esfuerzo para después entregar la mayoría de las
ayudas sociales a aquellos que llegan de fuera. Esa despreciable calaña que
está promoviendo que nuestra cultura se disuelva bajo la avalancha migratoria.
Como señalaba al principio, nosotros nos diferenciamos de
ellos, porque unimos a la lucha Social,
la Patria, frente a la derecha anti-social y la izquierda anti-nacional.
Luchamos por un Pueblo, aunque a veces creemos que ni se lo merece, por seguir
votando cada 4 años a los mismos que le han llevado a la ruina económica y
moral.
Nosotros no contamos con el apoyo del gobierno, de la prensa
ni de ninguna institución. No lo queremos. Que se lleven las subvenciones la
piara de Oenegetas izquierdistas a los que se les permite okupar edificios para
convertirlos en lo que todos sabemos, realizar actividades insalubres,
totalmente alejadas de la labor social que se realizan en nuestros Hogares
Sociales.
Al respecto quiero pedir desde aquí, el máximo apoyo y
colaboración con este proyecto (que ya es realidad) que es el Hogar Social
Madrid y que tantas ampollas está sacando a autoridades políticas y prensa , el
Hogar Social está sacando a relucir las contradicciones y la hipocresía del
Sistema, y estoy convencido que con el esfuerzo de todos nosotros, sin el
sectarismo de las siglas, podemos (Nosotros si podemos) seguir manteniéndonos
en pie ante un mundo en ruinas, llevando a la práctica la Justicia Social,
ayudando en las recogidas y repartos de alimentos que se realizan y acudiendo a
las actividades culturales y lúdicas que se van organizando. Pido pues que nos
involucremos todavía más y que nuestro activismo se encauce en la medida de
nuestros posibilidades y responsabilidades a apoyar ALGO que en más de 30 años
nadie habíamos conseguido lograr.
Y sigo…
Nosotros no nos dejamos engañar por sus dogmas, ni por sus
lemas electorales. (Aprovecho para animar a dar en las próximas elecciones un
voto de castigo, bien en forma de abstención activa o incluso mejor un voto
nulo anti-sistema.)
Nosotros no nos vendemos. No queremos sus migajas ni
buscamos un hueco en su estafa ni queremos ser cómplices de sus corrupciones.
Nosotros luchamos por lo que es nuestro, por la justicia
social, por los derechos del obrero español, por nuestra gente.
Reclamamos, desde siempre ayudas sociales para los
nacionales, reclamamos eso que no es más que sentido común: la Prioridad
Nacional ante la discriminación que muchas de nuestras familias y compatriotas
sufren hoy en día. Cuando vemos que gran parte de las ayudas escolares, las
ayudas para la adquisición de una vivienda son destinadas primero a los de
afuera que a los españoles.
Reclamamos la Prioridad Nacional también en asistencia
sanitaria y no tener que hacer colas en los centros de salud por detrás de una
tribu de indocumentados que se acogen a todos nuestros derechos y que por lo
general no cumplen con los deberes que se nos exigen a los nacionales.
Vemos día a día, como nuestros presuntos derechos laborales son
pisoteados, como las condiciones en las que nos hacen trabajar, aquellos que
tengan “el privilegio” de tener trabajo, son cada vez más precarias en cuanto a
horarios, conciliación de la vida familiar y sueldos.
Vemos como empresarios sin escrúpulos se aprovechan de la
avalancha inmigratoria y están encantados de que sigan viniendo a nuestra
España, cientos de miles de inmigrantes a los que contratar o no, para ponerlos
a trabajar, pero no, como suelen decir, en puestos que los españoles rechazan,
¡no!, los españoles no es que rechacen el trabajo, lo que rechazan es trabajar
en condiciones de esclavismo.
Como dice nuestro amigo Coco: 6 millones de inmigrantes, 6
millones de parados, no es racismo, son matemáticas, se constata un hecho
objetivo y una cruda realidad.
Las conquistas sociales conseguidas por regímenes políticos
hoy satanizados como el Fascismo o el Nacionalsocialismo son ejemplo vivo de
conjugar la lucha social con la lucha por la Patria, y nosotros no tememos
declararnos consanguíneos con esos movimientos que van más allá de una
simbología, es o debe ser una forma de vida.
Sabemos que estamos solos contra todos y seguimos peleando
con orgullo, con la certeza de que elegimos el camino más difícil y duro, el
camino correcto. Sabemos que la nuestra es una lucha legítima, y el único lema
que nos guía es el del verdadero sindicalismo:
¡¡¡NO PARAR HASTA CONQUISTAR!!!