Una breve reflexión ante el comunicado de la ETA
La ETA ha hecho público un comunicado, otro más de los muchos que ha difundido en las últimas décadas. Lo he leído y no he encontrado ni un solo motivo para la alegría. Sólo quienes están de acuerdo con los objetivos de ETA tienen motivos sobrados para la alegría, incluso para la euforia. Sin embargo, para los españoles que rechazamos de plano, no sólo los medios cobardes de la ETA, sino también sus objetivos, el comunicado y su aceptación entusiasta por amplios sectores de la sociedad española no puede ser más que motivo de tristeza y de preocupación.
¿Qué ha dicho de verdad la ETA? De una lectura atenta del breve comunicado se deduce claramente que el mensaje que esta organización criminal nos transmite es bien sencillo. Los etarras han decidido perdonarnos la vida a los españoles porque, al final, después de un largo camino, hemos llegado a comprender la realidad del “conflicto” vasco y las vías que hay que seguir para superar la “confrontación armada”. En definitiva, como empezamos a ser buenos chicos, como empezamos a asumir la realidad de la opresión bajo la que hemos condenado a vivir a generaciones enteras de buenos “euskaldunes” y como hemos comprendido que sólo una negociación política puede poner fin a esta injusta situación, pues entonces, han decidido magnánimamente, dejar de matarnos. ¡Qué alegría! ¡Qué gran noticia! ¿Debemos, además, darles las gracias?
Lo que viene a partir de ahora es una negociación para claudicar ante las demandas independentistas de la ETA. Habría primero acercamiento de presos, después excarcelaciones (mediante una probable amnistía), habría un reconocimiento expreso del “derecho a la autodeterminación” y, en consecuencia, también un “reconocimiento del espacio vasco de decisión”, de forma que el Estado Español se comprometería a respetar cualquier decisión soberanista que se adoptase por mayoría en las instituciones vascas. Ni más ni menos que todas las exigencias de la famosa “Alternativa KAS” de toda la vida. Todo ello provocaría una deriva imparable hacia la secesión de la comunidad vasca y Navarra, el efecto contagiaría a Cataluña, Galicia y quién sabe si a alguna otra taifa autonómica y culminaría con la defunción de España.
La ETA está a punto de conseguir el objetivo que lleva persiguiendo desde hace décadas. Con su anhelado sueño independentista al alcance de la mano, ya no necesita matar por la espalda a más españoles. En connivencia con los políticos de esta nefasta democracia los etarras han conseguido asesinar moralmente al pueblo español, han conseguido convencerle de que es preferible la paz a la lucha, aunque eso suponga la rendición incondicional ante la barbarie y la traición a los muertos.
La ETA no ha sido derrotada por la democracia, como cacarean los enanos mentales y morales de nuestra inane casta política. Lo que realmente ha ocurrido es que la ETA, gracias a la democracia, ha derrotado a España.
