jueves, 20 de octubre de 2011

ANTE LA FARSA ELECTORAL DEL 20N


A la vuelta de la esquina están ya las elecciones del 20-N, las cuales por primera vez no van a ser tan “democráticas” como los defensores de la Constitución y de este sistema parlamentario democrático nos quieren vender. El motivo es la nueva ley electoral aprobada en enero de 2011 con los votos de PSOE, PP, CiU y PNV, por la que se establecen una serie de impedimentos para que los partidos políticos sin representación parlamentaria puedan concurrir a las elecciones. El motivo esgrimido es el coste que suponen las papeletas, espacios electorales y otros gastos derivados de la participación de los partidos que no obtienen representación parlamentaria, que en las últimas elecciones generales fueron 88.
Con esta medida impiden que concurran a las elecciones partidos que representan diversas inquietudes e ideologías más allá de la corriente dominante bienpensante, y que en conjunto en 2008 obtuvieron 686.360 votos, el 2,72% del total, y en 2004 un total de 837.737 votos, el 3,58%. Resulta vergonzoso que los que se llenan la boca con palabras como ‘democracia’, ‘respeto’, 'participación', ‘igualdad ante la ley’ o ‘tolerancia’ hayan realizado esta jugada para quitarse de en medio a partidos incómodos, extravagantes o que recogen el voto de la gente descontenta con el sistema bipartidista.
Si estos partidos pequeños supusiesen un peligro para sus intereses podríamos entender esta medida, pues la casta política parasitaria siempre tiende a proteger sus intereses y al sistema que han montado, pero este no es el caso ya que su importancia es muy poco significativa actualmente. Esto no es sino una simple muestra de su actitud antidemocrática y prepotente, y nos permite ver como son en realidad estos partidos y políticos profesionales cuando se quitan su careta de supuestos demócratas, violando el principio de la libre concurrencia electoral, frenando el pluralismo y consolidando el bipartidismo.
En concreto la reforma electoral aprobada establece que: "Los partidos, federaciones o coaliciones que no hubieran obtenido representación en ninguna de las Cámaras en la anterior convocatoria de elecciones necesitarán la firma, al menos, del 0,1% de los electores inscritos en el censo electoral de la circunscripción por la que pretendan su elección". Y añade que "ningún elector podrá prestar su firma a más de una candidatura".
Eso significa que 88 de los 98 partidos o coaliciones que presentaron listas en las elecciones generales de 2008 no podrán concurrir a los comicios del próximo 20 de noviembre a menos que antes recojan las firmas del 0,1% de los electores de cada circunscripción, ya que ninguna de esas 88 formaciones obtuvo entonces representación parlamentaria. Lo mismo se aplica para las nuevas formaciones políticas que quieran presentarse.
Pero las trabas a los partidos minoritarios van mucho más allá, ya que para recoger estas firmas sólo se dispone de 20 días. Ese plazo empezó a contar el 27 de septiembre, coincidiendo con la publicación en el Boletín Oficial del Estado del decreto de convocatoria de las elecciones. Y aún hay más: una vez recogidas las firmas en cada una de las circunscripciones en las que presenten candidaturas, los partidos deberán llevarlas a un notario para que éste avale su autenticidad. Finalmente, las firmas serán registradas en la Junta Electoral Central.
Esto supone que en circunscripciones como Madrid o Barcelona haya que presentar unas 5.000 firmas, y para presentarse en todo el territorio nacional serian algo más de 35.000 firmas las necesarias, lo que supone un despliegue de medios y recursos economicos fuera del alcance de la mayoría de los pequeños partidos. Las “agrupaciones de electores”, fórmula utilizada en ocasiones por el entorno de HB-Batasuna, lo tienen aun más difícil ya que se las pide que presenten la firma del 1% de los inscritos en el censo electoral de la circunscripción.
Por si no tenían ya bastantes desventajas a la hora de presentarse a las elecciones, pues los partidos con representación cuentan con financiación pública y los demás no, ahora los partidos sin representación se encontrarán con una barrera más que en muchos casos les impedirá presentar candidatura. Cabe preguntarse, ¿Con qué argumentos partidos tan cargados de privilegios como PSOE, PP, CiU y el PNV establecen barreras para impedir presentarse a otras formaciones políticas? ¿Es eso lo que entienden por su democracia y por igualdad ante la ley? ¿Tanto miedo tienen los grandes partidos a que los votantes dispongan de otras opciones? No sirve el argumento de que así se ahorra dinero en papeletas. Más dinero gastan los grandes partidos repartiéndose cuantiosas partidas del erario allí donde llegan al poder. Al final, más que la democracia que nos venden parece que sea un régimen electoral maniatado por los grandes partidos.
Entendemos que esta reforma es totalmente contraria a esa sagrada Constitución que tanto dicen defender, y por tanto debería ser denunciada como anticonstitucional por los afectados ante el Tribunal Constitucional, al suponer una clara violación de las libertades y la pluralidad política, y si los jueces por una vez no fuesen siervos del poder tendría que ser derogada de inmediato.

Ante esta injusta reforma de la Ley Electoral, desde nuestro humilde site vamos a propugnar el voto nulo mediante nuestras papeletas ‘especiales’(*), ..., ya que entendemos que estas elecciones deberían ser declaradas nulas ante la imposibilidad de concurrir sin una clara desventaja para los partidos minoritarios. El voto nulo, a diferencia del voto en blanco, se queda en la primera fase del recuento y sólo se cuenta como voto emitido, pero no entra a fastidiar a nadie con el reparto de porcentajes. No fastidia a ninguno de los que quieren jugar a la farsa electoral, y no lo hace porque ni siquiera juega, rompe las reglas, no las acepta, y lleva así por tanto implícito el mensaje de protesta. Es una especie de abstención, pero es activa y clara y no se confunde con la desidia o el pasotismo, expresa una discrepancia formal con las normas, con la manera de hacer de la clase política y en definitiva con el sistema que gobierna.
Por lo demás el circo electoral será el mismo de siempre, promesas y más promesas, descalificaciones e insultos, malos modos y escándalos destapados a última hora. Lo que con certeza no dirán los partidos con posibilidades de resultar electos son las duras medidas de ajuste que tendrán que realizar para cumplir los requisitos impuestos por entidades foráneas como el Banco Central Europeo, el FMI o los recaditos mandados por Obama o su sucesor.
Editorial de octubre 2011 de NUEVO ORDEN
(*)Si escribes a reconquista_astur@hotmail.com te mandamos algún modelo