

"...Fue en esos primeros días el incidente con los cabos. Los reuní a solas, para hablarles y fijar cuatro ideas, porque no me gustaba demasiado su actitud, más política que militar. Les recorde que estaban militarizados, lo cual en un guerra era un honor y una seguridad para ellos mismos. Les hablaba de usted para marcar distancias, que mis dieciocho años lo requerían así ante gente de mucho vivir y más edad. Les invité a exponer sus observaciones ...Tomó la palabra el cabo Román de Hoyos, el más decidido, valiente, noble y de aire aventurero y desgarrado:
- Mi alférez. Todo está bien, pero a nosotros, camaradas por encima de todo, nos resulta una desconfianza que nos llame de usted. Así encontramos a nuestro alférez muy lejos de nosotros.
Hablaba con emoción. Era un sentimental que hería mi sensibilidad. Alto, delgado, de rasgos enérgicos, muy legionario, parecía como si sus ojos estuviesen a punto de empañarse por la pena que le daba tener que decir aquello. Los demás se veía que asentían..." (Extracto del libro "Mil días de fuego" que hace referencia al tio-abuelo de uno de los administradores de este blog)
Artículo recomendado para el aniversario que hoy se celebra:
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